Sunday 13 September 2009

Patentan envases inteligentes



Revolucionan especialistas de la Cátedra de Investigación en Alimentos Nutracéuticos con la creación de recipientes comestibles y biodegradables

Un envase que pueda ser consumido con el alimento que contiene, o que su degradación como desecho ocurra sin afectar al medio ambiente, fue reconocido con la patente MX/a/2008/011157, por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), destacando así el trabajo de nueve años del grupo científico liderado por la doctora Cecilia Rojas de Gante, profesora investigadora adscrita a la Cátedra de Investigación en Alimentos Nutracéuticos para el Tratamiento de Enfermedades Crónico-Degenerativas.

“Hasta hace menos de una década, el estatus quo era la conservación de los alimentos a través de los envases, manteniéndolos -toxicológicamente hablando- inertes hacia el producto. Ahora hemos evolucionado a una era en la que deseamos que haya interacción y paso de materia, pero que traiga un beneficio al alimento y a la persona que lo ingiere, incluso, junto al envasado, el cual sirve de sistema de conservación activo. Los aditivos se añaden no al alimento sino al envase”, enfatizó la doctora Rojas.

Todo el proceso “se engloba en la sustentabilidad pues no sólo es amigable con el medio ambiente, sino que gasta poca energía: desde la obtención de las materias primas, la transformación hacia la producción de un envase, su uso, desecho y su impacto beneficioso hacia el hombre y el medio ambiente”, ahondó la científica.

De ahí el concepto de envasado inteligente pero particularmente activo, a través de materiales que son biodegrabables, pero que llevan también en su composición aditivos naturales para eliminar riesgos biológicos debidos a la presencia de microorganismos.

Aunque éste es un tema en boga en la comunidad científica internacional, “nuestra forma de visualizar la formación del envase es diferente a como se está haciendo en otros países; nos abocamos a darle valor agregado a través de la creación de tecnologías propias con ideas diferenciadas”.

La materia prima de la que parte esta patente es la harina del cereal, específicamente el maíz azul, la cebada, y el sorgo; aunque éste último es consumido para la alimentación animal, “nosotros le damos un plus al aprovecharlo en otras formas”.

La mayoría de las patentes y desarrollos internacionales “hacen envases de almidón, luego los mejoran con otros biopolímeros y realizan una extracción de cada uno de los biopolímeros presentes. La gran diferencia de nuestro desarrollo es que no gastamos energía separando el almidón y las proteínas: de la harina del cereal hacemos una matriz biopolimérica que contiene estos dos grandes polímeros; el reto es ahora reformular para que pueda resistir un proceso de transformación que los incluya”.

“La apuesta es que (los envases) puedan ingerirse. En esta patente no incluimos la mención de que puedan degradarse por calor, pero tenemos otra patente para Seminis, que documenta el hecho de que desaparezcan al calentarse sin dejar residuos”, aclaró.

fuente (clic)

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